Una buena mañana de 1932, el destino y algún que otro traspiés, hizo que una institutriz francesa decidiera viajar hasta Manhattan para cuidar de la hija de una familia neoyorquina un tanto peculiar. Alice, se llamaba la niña de 10 años que adoraba al personaje de «Alicia en el país de las Maravillas». Tenía una imaginación desbordante y esta obra de Lewis Carroll, llena de fantasía y mundos imprevistos, le hacía verdaderamente feliz. Sin embargo, sus padres estaban preocupadísimos por este tema, hasta el punto de prohibirle leer este libro y nombrar nada que tuviera que ver con él.
«Prohibido leer a Lewis Carroll» es una lectura llena de personajes singulares, diferentes, que son protagonistas de una historia insólita. Una puesta en valor de la aceptación de las personas, aprovechando las cualidades de cada uno y aceptando la parte más insociable que podamos tener. Parece que con un lenguaje humorístico, ingenioso y lleno de juegos de palabras, nos está gritando: ¡Todos tenemos hueco aquíiííííí, en este mundo!.
Esta historia de una niña con un deseo reprimido por temor a que se quede en las nubes, más que un homenaje a Lewis Carroll, parece una lectura cómplice de la Alicia de Carroll. Es un alegato en pro del derecho a soñar y a imaginar. A CREER en nuestros sueños y a CRECER con ellos.
Diego Arboleda es el autor de este libro que ha recibido doble premio, por ahora. Premio Lazarillo en 2012 y Premio Nacional de Literatura infantil y juvenil en 2014. Ilustrado por Raúl Sagospe y editado por Anaya, «Prohibido leer a Lewis Carroll» te encantará, sobre todo si tienes entre 10 y 110 años.
